¿Debería haber venido antes?
A lo largo de estos años de práctica clínica he escuchado a muchos de mis pacientes hacerse una pregunta que les persigue tras tomar la decisión de acudir a un psicólogo: “¿Debería haber venido antes?”
Puede que haya personas que, bien por haber tenido experiencias positivas anteriores con la psicoterapia, bien por dependencia del terapeuta, bien por otras causas, sean más proclives que otras a buscar consejo o apoyo profesional. Sin embargo, muchas otras pasan largos periodos de tiempo sufriendo situaciones problemáticas sin llegar a tomar la misma decisión. El desconocimiento, las experiencias negativas de otros, las anticipaciones y fantasías sobre lo que puede ser una psicoterapia o una personalidad insegura pueden dilatar en el tiempo la decisión. Pero un paciente llega al psicólogo cuando realmente está preparado para ello. Y esto puede estar determinado por múltiples circunstancias; entre otras:
- Haber agotado todos los recursos personales a su alcance para hacer mejorar la situación.
- Haber perdido apoyos que antes estaban presentes (familia, amigos).
- Encontrarse en una situación que por longeva o límite se ha convertido en extrema y no permite encontrar solución.